sábado, 13 de agosto de 2011

En Noruega...

Buenas a todos. Como algunos de vosotros ya sabéis, estoy de estancia de investigación en Noruega, como parte de mi tesis. Llegué a Oslo el día 10 de agosto, y ayer día 12, llegué a Trondheim, donde acudiré a la NTNU.

Han sido apenas dos días, pero ya han pasado diversas cosas por mi cabeza. Antes de salir, todavía no me creía que fuera a vivir tres meses en otro país, experiencia que quería tener desde hacía tiempo, y que por fin se iba a cumplir. Y ahora aquí, casi que todavía no me creo dónde estoy. Aunque la realidad es otra claro...Debo reconocer que al llegar, entre el estrés del avión (no me gusta nada volar), la llovizna de Oslo, la búsqueda del tranvía, la búsqueda del billete del tranvía y el pelear con las pesadas maletas hasta el hostal, por esas calles llenas de baches y canales para el agua, lo primero que pensaba era en mandarlo todo a tomar por saco y volverme a España.

Pero a la mañana siguiente, cuando bajé a desayunar y me senté tranquilamente, di un paseo por el jardín del Palacio Real, bajando por la calle principal, y vi el magnífico hall del ayuntamiento de Oslo, la sensación ya fue muy diferente. A partir de la visita al ayuntamiento, y de ver que eres capaz de manejarte por tu cuenta en un país diferente al tuyo y en otro idioma, la sensación es muy gratificante.

De Oslo a Trondheim he viajado también en avión, puesto que en bus o tren son 7 horas de viaje, y en avión 1. Las carreteras son más pequeñas y los límites de velocidad más severos, y los trenes tampoco son especialmente rápidos generalmente, por lo accidentado del terreno. Pero ya estoy en destino. De momento en un hostal, hasta que encuentre casa.

En lo que respecta a paisajes es una gozada. Bosques inmensos, todo lleno de verde, montes, lagos, fiordos, saltos de agua...

Como curiosidades en estos dos días:
  • Los billetes de tranvía en Oslo, los venden en los Narvesen, que es una cadena de tiendas que vende refrescos, algunos dulces, revistas, etc. Pregunté y me mandaron ahí, y pensaba que se estaban quedando conmigo, pero no, ahí venden billetes. Esto viene bien, porque no siempre hay una máquina al lado de la estación de tranvía. 
  • Curiosamente, no te revisan si has comprado billete, generalmente. Al tranvía pasas por la puerta que quieras, y el metro no tiene tornos, compras el billete en la máquina, y simplemente lo picas en otra y pasas, pero no hay nada que te bloquee el paso, no existe el concepto de torno como en el metro de Madrid, por ejemplo. Confianza total, aunque eso sí, la multa por ir sin billete es bastante maja. 
  • Poco antes de escribir este post, sobre las doce, todavía había luz crepuscular. Poca, pero había. En Oslo, el primer día me desperté a las 5:30 por la claridad. Pensaba que las cortinas eran una birria, pero no, a las 8:30 la claridad era prácticamente la misma, y al descorrer las cortinas entró una luz radiante. Es que ya era de día...
  • La apasionante primera compra en el súper. Primero buscando uno que tuviera buena pinta, y luego ya piensas que qué más da, si no te vas a enterar de nada igual... He pensado un buen rato qué diferencia podría haber entre "melk" y "mjolk" en el supermercado. Esas dudas no estarían del todo mal si no fuera porque donde tienen las leches, yogures, mantequillas y tal, es como un compartimento frigorífico con una máquina de aire frío dándolo todo. Al final resulta que es lo mismo, pero escrito en los dos idiomas noruegos. Bricks diferentes para los dos idiomas, a no ser que haya alguna diferencia más, pero no lo parecía... 
De momento no recuerdo más, pero espero ir actualizando más a menudo, ahora que me iré asentando por aquí, que con estos días de no parar no ha sido fácil. Os dejo con un par de fotillos que he tomado esta tarde de Trondheim.

Típica calle en el centro de Trondheim

Casas a orillas del río

A ver a qué hora me despierta el Sol mañana, ¡qué Trondheim está más al norte que Oslo! Ya os comentaré también cosillas de Oslo, una ciudad que me ha gustado mucho lo poco que he visto de ella.

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