St. John's College

Cambridge, Inglaterra

Nyhavn

Copenhague, Dinamarca

Río Nidelva desde Bakke Bru

Trondheim, Noruega

Templo romano

Évora, Portugal

Piazza della Signoria

Florencia, Italia

Castillo de Eilean Donan

Dornie, Escocia

Río Duero

Oporto, Portugal

Molinos

Alkmaar, Países Bajos

Fiordo de Lyse

Preikestolen, Noruega

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Palazzo Vecchio

Llegando hasta la fachada de la basílica de Santa Maria del Fiore y continuando a la derecha por la via dei Calzaiuoli, se llega a la Piazza della Signoria, en pleno corazón de la Florencia medieval. Y en ella se encuentra otro de los edificios emblemáticos de la ciudad, el Palazzo Vecchio. Lógicamente, su nombre original no era Palacio Viejo (hubiera sido gracioso), sino Palacio Nuevo y fue la residencia de Cosme I de Medici, que pertenecía a una de las familias más importantes de la época. Su construcción terminó a principios del siglo XIV, y en la actualidad se utiliza como museo, en el que se puede encontrar pinturas de Michelangelo, así como mapas y mobiliario de la época.

Al llegar a la plaza lo primero que destaca del palacio es su torre, de 95 metros de altura, puesto que el resto de la construcción es muy sobria, dando la impresión de fortaleza. Al parecer la torre sirvió como prisión, además de como puesto de vigilancia de los alrededores. A los pies del palacio se encontraba la escultura del David de Michelangelo, mientras que hoy día se puede ver una réplica. El palacio domina toda la plaza con su presencia, ya que aunque de aspecto sobrio es bastante espectacular cuando se compara con el resto de edificios.


El lema de Florencia: "Gente, gente everywhere"

La torre del Palazzo Vecchio

Al igual que con el resto de lugares no entramos al museo Palazzio Vecchio, puesto que hubiera supuesto dedicar algún par de horas a recorrerlo en condiciones. Pudimos ver la réplica de la estatua del David a la entrada, muy interesante, así como acceder al patio del palacio, donde ya se puede vislumbrar la majestuosidad de un edificio que por fuera no llamar particularmente la atención. Por dentro es otra cosa, las filigranas y detalles esculpidos en las columnas, las paredes ricamente decoradas con pinturas y la fuente y plantas le dan un toque de frescura al patio. Pasado este se llega a una zona más austera otra vez, donde se compran los billetes para el museo; por las fotos que he visto, parece bastante interesante, habrá que apuntarlo para una futura visita.




Ya os podéis imaginar también cómo estaban los alrededores de la Piazza della Signoria, con cafeterías y un movimiento constante de gente por todos lados. Sin embargo, si tenéis suerte y encontráis un hueco libre, es bastante agradable sentarse en la zona porticada con las réplicas de esculturas. Eso sí, no vayáis con comida, puesto que los guardas vigilan incansablemente para que nadie entre con un bocata o haga el tonto con las esculturas. Pero es un buen sitio para descansar un rato, mirar gran cantidad de arte condensado en unos cuantos cientos de metros cuadrados y prácticamente al aire libre, y observar el ir y venir de la gente, mientras algún músico toca algo en los alrededores.


Escultura de Perseo y Medusa, que según nos comentaron sí es original

Otro punto de interés, justo al lado del palacio (a la derecha de la entrada), es la Galeria Uffici (Galleria degli Uffizi), otro palacio-museo propiedad de los Medici y que ahora alberga su colección de obras de arte. El exterior del edificio está decorado por diversas esculturas de personalidades famosas de la historia de Italia, y da a un arco que desemboca en el río Arno, donde se pueden disfrutar de unas estupendas vistas de la otra orilla de la ciudad, y del Ponte Vecchio.

Río Arno y vistas de Florencia

jueves, 1 de noviembre de 2012

Un Paseo por Oporto (II)

Hoy quería compartir con vosotros algunas fotos más tomadas durante mis frecuentes paseos por Oporto. En esta ocasión el punto de partida es la estación de metro de Aliados. Esta avenida conecta el centro con la zona de Trindade, el nudo principal de la red de metros de Oporto.

Nada más salir de la boca del metro nos encontramos en mitad de la avenida. En la zona de Aliados se encuentra el edificio de la Cámara Municipal do Porto, donde destaca su torre, y a ambos lados de la avenida se pueden ver algunas fachadas cuyo estilo recuerda a otras que se pueden encontrar en ciudades como Madrid, aunque aquí en Oporto el estado de conservación de algunos de ellos es bastante peor.

Cámara Municipal do Porto

Avenida de los Aliados, desde la Cámara Municipal


Bajando por la avenida en dirección a la Ribeira, que es un paseo corto y agradable, llegaremos a una zona con numerosas cafeterías, terrazas y hoteles; esta zona es bastante turística y uno se cruza con numerosos turistas, aunque está menos masificada que la Ribeira y los precios son también algo más baratos. Aquí hay algunas cafeterías muy exitosas, como el Café Guarany, al que no he entrado porque para mi estándar de precios es caro, y el McDonalds; lo peculiar que tiene este último, es el edificio en el que se encuentra, cuyo interior han conservado bastante bien.

Llegando al final de la avenida, a la derecha se alza la Torre dos Clérigos, lugar del que os hablaré próximamente, mientras que a la izquierda se llega a la Via Catarina, zona de compras por excelencia. Para llegar a ambos sitios hay que escalar un poco por las empinadas calles de la ciudad. En cambio si seguimos al frente, con cuidado de que no os arrolle el tranvía, llegamos a la estación de São Bento.

Cámara Municipal y avenida de los Aliados, desde el otro extremo

Torre dos Clérigos, al fondo

Tranvía

Siguiendo las cuestas descendentes, acabaremos en la Ribeira. Es imposible no acabar ahí en un paseo por la ciudad, todas las calles te empujan con sus pendientes hasta llegar a la orilla del río. Pero si hacéis un esfuerzo y continuáis por otras calles que no vayan cuesta abajo, podréis callejear por algunos rincones con un encanto típico portugués, descubriendo un poco más del Oporto no tan turístico y más común, más local, que también merece la pena.