domingo, 28 de agosto de 2011

Algo de historia noruega...

La historia comienza con el reinado de Håkon el Bueno, tercer rey de Noruega e hijo mayor de Harald Fairhair. Esta fue una época muy revuelta. Håkon quería introducir el cristianismo en su reino, pero encontraba una oposición muy fuerte. Se podría decir que el principal enemigo al trono eran los hijos de Eirik Bloodaxe, el antiguo rey, que había gobernado con mano de hierro y había perdido el favor de las clanes poderosos. En 953, Håkon tuvo que pelear contra los hijos de Eirik, y salió victorioso.

Sin embargo, en 961 tres de los hijos de Eirik desembarcaron sin ser vistos en Hordaland, y se produjo la Batalla de Fitjar, donde estaba la residencia real. Aunque al parecer las fuerzas de Håkon ganaron la batalla, este fue gravemente herido y murió. Los hijos de Eirik tomaron el control del reino, y de ellos, el mayor y más poderoso era Harald Gråfell, que sería rey de Noruega a partir de ese mismo año tras su victoria.

Batalla de Håkon y los hijos de Eirik

Para afianzar su reinado, Gråfell eliminó a diversos líderes locales. Entre ellos estaba Sigur Håkonsson, señor de la región de Lade, en Trøndelag, que fue quemado junto a sus hombres, mientras estaban de fiesta en lo que hoy sería la región de Stjørdal.

Uno de los hijos de Sigur Håkonsson, Håkon Sigurdsson, peleó contra él durante un tiempo, hasta que tuvo que huir a Dinamarca, desde donde conspiró junto al rey Harald Bluetooth para deponer a Harald Gråfell. Curiosamente, Harald Gråfell era familia de Harald Bluetooth, pero eso parece que no influyó mucho en la conspiración. Llegado el momento, Harald Bluetooth invitó a Gråfell a Dinamarca, y allí lo mataron, sobre el año 971. Esto provocó otra guerra, entre los hermanos del fallecido Gråfell y Håkon Sigurdsson, que surgió victorioso, gobernando Noruega técnicamente bajo el mandato de Dinamarca.

Como una de las condiciones de la ayuda, Bluetooth le obligó a bautizarse. Además, siempre quiso cristianizar esa zona, pero Sigurdsson todavía seguía creyendo en los dioses noruegos, y cuando tuvo oportunidad rompió su alianza con Dinamarca. Esta obsesión por el cristianismo vino tras la derrota en una batalla contra las fuerzas del emperador Otón III, del Sacro Imperio Romano-Germánico, donde tanto Harald Bluetooth como Haakon Sigurdsson fueron obligados a aceptar el cristianismo, pero el segundo siempre se resistió.

Pero vamos a retroceder un poco. Años atrás, otro de los líderes locales eliminado por Gråfell fue Tryggve Olafsson, nieto de Harald Fairhair. Su mujer escapó de la masacre, y poco después dio a luz a su hijo, Olaf Tryggvason. Ambos estaban refugiados en Suecia, y Gråfell lo sabía e intentó reclamarlos para tenerlos bajo control, pero huyeron otra vez con dirección a Kiev, donde vivía el hermano de la madre de Olaf, al servicio de Vladimir de Kiev. El barco fue asaltado por piratas estonios y fue esclavizado.

Sin embargo, años más tarde Olaf y el hermano de su madre, Sigurd, se encontraron. La apariencia de Olaf era diferente a la del resto, y eso llamó la atención de Sigurd. Hablaron, y Olaf le contó quién era, por lo que este lo compró y se lo llevó con él, junto con la protección de Vladimir. Al crecer, Vladimir le confió el mando de tropas, pero viendo lo popular que se estaba convirtiendo y temiendo por la estabilidad del reino, lo mandó lejos.

Olaf desembarcó en la región de Vinland, donde conoció a la que sería su mujer, Geira. También participó junto a Otón III en la batalla contra las tropas de Håkon Sigurdsson y Harald Bluetooth.

Pero Geira murió en 985, y tras la muerte de su mujer, Truggvason abandonó Vinland y acabó en las Islas Sorlingas. Cuenta la leyenda que allí, tras un encuentro con una adivina y el cumplimiento de las profecías de esta, Olaf se bautizó y abrazó definitivamente el cristianismo.

Más adelante, se casó con la hermana del rey de Dublín, Gyda, y vivieron entre Irlanda e Inglaterra. Poco a poco, empezaron a llegar a Noruega los rumores de que había un rey en Irlanda con sangre noruega.

Haakon Sigurdsson mandó a uno de sus hombres a Irlanda para comprobar si efectivamente era el hijo de Tryggve Olafsson, y si era así, que intentara atraerlo a Noruega. Sin embargo, se hizo amigo de Olaf y le contó la situación del país, de como Håkon había perdido el favor del pueblo. Olaf aprovechó esto, y partió hacia Noruega, donde ya habían algunas revueltas contra Håkon.

Llegada de Olaf a Noruega, dibujo de Peter Nicolai Arbo

Cuando Olaf llegó, los rebeldes le aceptaron como rey, y comenzaron a buscar a Håkon, que se había refugiado en una granja en Melhus junto a su criado. Olaf y sus hombres llegaron allí y prometió una buena recompensa por quien matara a Håkon. Tanto Håkon como su criado oyeron esto, pero aunque Håkon desconfiaba de su criado, no podía huir sin ser visto, así que no pudo hacer nada, y cuando se durmió, fue asesinado por su criado.

Durante el reinado de Tryggvason se piensa que fundó la ciudad de Trondheim, desde donde mandaba, y construyó la primera iglesia en Noruega.

Por otro lado, los hijos de Håkon huyeron a Suecia, buscando protección. Uno de estos hijos, Eirik Håkonson, se vengaría tras ganar la batalla de Svolder, donde se enfrentaron Olaf y una coalición de sus enemigos. Olaf murió en la batalla y Eirik gobernaría en la zona, aunque bajo el auspicio danés.

Batalla de Svolder, pintura de Otto Sinding

Hay una estatua de Olaf en la plaza principal de Trondheim. Desde luego, las fuentes de esta historia son mezcla de leyendas, pero aun así me encantan estas historias, son tan épicas...

Nota: imágenes obtenidas de Wikimedia.

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