St. John's College

Cambridge, Inglaterra

Nyhavn

Copenhague, Dinamarca

Río Nidelva desde Bakke Bru

Trondheim, Noruega

Templo romano

Évora, Portugal

Piazza della Signoria

Florencia, Italia

Castillo de Eilean Donan

Dornie, Escocia

Río Duero

Oporto, Portugal

Molinos

Alkmaar, Países Bajos

Fiordo de Lyse

Preikestolen, Noruega

martes, 15 de noviembre de 2011

Karl Johans gate, Oslo

Karl Johans gate es la calle principal de Oslo. Conecta con el palacio real, formando un largo corredor alrededor de la cual se encuentran algunos de los edificios administrativos y de recreo más importantes de la ciudad, como el mencionado palacio, el ayuntamiento, la catedral o la estación central.

La calle recibe su nombre pocos años después de la muerte del rey Karl Johans, que gobernó en Suecia y Noruega desde 1818 a 1844, y tiene una longitud de un kilómetro, aproximadamente.

Karl Johans gate

Después de ver el palacio, bajar por esta calle era el siguiente paso lógico, puesto que así tendría todo el resto de edificios a mano. Cuenta también con un parque bastante animado, con gente tocando música o simplemente paseando, y también un pequeño estanque, donde tuve que mantener un duelo de voluntad con una gaviota para que no se acercara demasiado a mi comida.

Aquí está, haciéndose la despistada

Haciendo fotos en el parque

Desde aquí, hay algunos edificios a tiro de piedra que destacan un poco más sobre la media, aunque tampoco demasiado, esta zona se recorre bastante rápido. El más impresionante de todos los edificios, a pesar de que por fuera no lo parece, lo dejo para otra entrada, porque ese sí merece la pena pararse un rato más. Os dejo con las fotos del teatro nacional y de otro edificio que me gustó.

Edificio anexo al ministerio de asuntos exteriores

Teatro nacional (Nationaltheatret)

Otra vista del teatro nacional, desde el lado opuesto

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cafeterias y restaurantes en Trondheim

Como ya he comentado en alguna ocasión, salir a tomar algo por Noruega es caro. No obstante, siguiendo algunas precauciones, uno puede darse un lujo de vez en cuando sin sentir que te ha costado un ojo de la cara.

Personalmente, me encanta tomar café en Bakklandet, el barrio de las típicas casas de madera. Uno se puede encontrar cómodos sofás (con su manta por si las temperaturas son demasiado frías), terrazas con estufas y las omnipresentes mantas, patios interiores y rincones muy coquetos y sencillos. La música no suele estar demasiado alta, por lo que se puede conversar tranquilamente.

Cafetería Antikvariatet, en Bakklandet, Trondheim

Quería comentarios algunas cosas que me han llamado la atención. El café y en general todo es más caro que en España, eso es obvio. Sin embargo, me he encontrado que generalmente, cuando pides un café puedes pedir luego que te lo rellenen. De ese modo, el precio se divide por dos y no resulta mucho más caro que tomarse un par de cafés en España.

Muchísimas cosas están preparadas para que te las sirvas tú mismo. Azúcar, canela, las cucharillas, leche... En otras cafeterías, como por ejemplo en la universidad, te ponen directamente la cafetera y un cuenco al lado, de manera que te echas el café y pagas directamente en el cuenco (para hacer eso necesitas tener la taza de la cafetería). 

Si quieres tomar algo dulce, lo que más se ven son los gofres al estilo noruego, que los preparan al momento. Generalmente los sirven con mermeladas, que también pueden estar en la zona de auto-servicio, para que te eches lo que quieras. Deliciosos.

Sin salir del mismo barrio, hay sitios para comer muy interesantes, generalmente decorados con un estilo rústico, al igual que las cafeterías. Bebiendo agua se consigue reducir el impacto de la cuenta, al igual que no cayendo en los postres (aunque son tentadores y están muy ricos).

Restaurante Baklandet Skydsstation

En el Skydsstation tuve la oportunidad de disfrutar de una fantástica comida noruega aprovechando la visita de unos amigos desde España. El edificio data de finales del siglo XVIII, el trato fue fantástico y atento, y la comida estaba realmente buena. No se puede pedir nada más. La carta, que podéis consultar en la página web, no es muy extensa, pero eso no es un inconveniente si los platos salen tan ricos. En mi caso, la elección fue un salmón al horno que estaba riquísimo. ¡Estando en Noruega hay que probar el salmón!

Salmón al horno con col, espinacas y patatas

Por supuesto, también hay cafeterías y restaurantes de estilo más moderno, pero a mi me atraen más los locales de este tipo, que son en los que he estado.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El palacio real de Oslo

Otra de las ciudades que he podido conocer estando en Noruega (que no han sido muchas, por desgracia) fue Oslo, la capital. Allí llegó mi vuelo y aproveché para ver algunos de los puntos clave, como el palacio real.

Este data de la primera mitad del siglo XIX, construido entre 1825 y 1849, y es la actual residencia de los reyes de Noruega. Cuenta con 173 habitaciones y en agosto estaba en proceso de restauración, que por lo visto no ha sido muy bien acogida por el dinero que cuesta la obra...

Palacio real de Oslo

Otra vista del palacio

Personalmente no encontré especialmente destacable el palacio, y el que estuviera en obras no ayudaba mucho a crear una gran impresión. Los noruegos no parecen ser amantes de grandes ostentaciones, su estilo se basa en la sencillez y cosas prácticas, así que no hay que esperar encontrarse palacios recargados. Lo que sí me sorprendió fue que casi podías llegar a la puerta de entrada sin cruzarte más que con dos guardias, en continua vigilancia eso sí.

 Estatua del rey Karl Johan, mirando hacia la avenida que lleva su nombre
 
Más que el palacio, me encantó el parque en el que se encuentra (Slottsparken, parque del palacio), precioso. Mi hotel en Oslo estaba justo al lado del parque, y por tanto del palacio real, así que fue lo primero que vi cuando comencé el recorrido mi primer día por tierras noruegas. 

Como sería una constante a lo largo de todo el viaje, el parque está lleno de verde, gente haciendo deporte, jugando, gaviotas y cuervos y mucha paz y tranquilidad, a pesar de estar en la capital.

Pequeño puente en el parque del palacio

Paz y tranquilidad...

Otra vista del puente

Estatua entre los árboles