St. John's College

Cambridge, Inglaterra

Nyhavn

Copenhague, Dinamarca

Río Nidelva desde Bakke Bru

Trondheim, Noruega

Templo romano

Évora, Portugal

Piazza della Signoria

Florencia, Italia

Castillo de Eilean Donan

Dornie, Escocia

Río Duero

Oporto, Portugal

Molinos

Alkmaar, Países Bajos

Fiordo de Lyse

Preikestolen, Noruega

jueves, 29 de marzo de 2012

Toledo

Toledo es una de las ciudades más importantes de España en lo que respecta a importancia histórica. Resumir en una única entrada general todo lo que esta ciudad ha supuesto a lo largo de toda su historia es desde luego imposible, así que me contentaré con dar algunas pinceladas.

Se encuentra a unos 70 km de Madrid, y en la actualidad cuenta con unos 80000 habitantes más o menos, lo que hace que sea un núcleo urbano bastante importante, pero manejable. Para su origen hay que buscar muy atrás, siendo un núcleo importante ya en la época de los carpetanos, una tribu prerromana que habitaba esa zona de la península Ibérica. 

Los romanos la conquistaron en el 193 a.C., lo que da idea de la antigüedad que emana de la ciudad. De este dominio romano quedan restos todavía, como el circo, la calzada o el acueducto, que estuvo funcionando hasta el siglo IX. Después llegaron los visigodos, cuyo rey Leovigildo estableció en Toledo la capital del reino, los musulmanes cuando conquistaron la península en el 711, con la posterior formación del Reino Taifa de Toledo, y la posterior reconquista por los cristianos en el año 1085.

Muralla de Toledo desde el exterior

Restos del circo romano

Callejeando por el centro de Toledo

Toledo es la ciudad de las tres culturas, donde cristianos, judios y musulmanes convivían tras la reconquista de la ciudad por las tropas cristianas, y fue también un centro intelectual, con la creación de la Escuela de Traductores en el siglo XIII, gracias a la accesibilidad para traducir textos árabes y hebreos. La ciudad fue corte de los Reyes Católicos, época en la que deja de existir la buena convivencia entre las tres culturas, se busca y expulsa a los judios y se crea la Inquisición. Sin embargo, Toledo mantenía su importancia y fue declarada sede del Imperio durante el reinado de Carlos I, aunque finalmente la capital se mudó a Madrid en 1563. En este momento comenzó su decadencia, aunque no obstante también tuvo sus momentos de importancia en la historia reciente, gracias a la gran fama obtenida con su fábrica de armas, o al episodio del asedio del Alcázar de Toledo durante la Guerra Civil.

Como veis, un par de párrafos que reunen dos milenios de historia, donde desde luego los muros de la ciudad han tenido que ver de todo. Ese peso de la historia se nota en sus calles. Los restos del circo, la muralla que rodea todo el casco antiguo, la catedral, mezquitas, calzadas romanas... Toledo tiene un poco de todo, y lo tiene en un buen estado, generalmente. Pasear por su casco histórico es acercarse un poco (salvando las distancias claro) a lo que sería una ciudad castellana, descubriendo detalles cada pocos pasos de las distintas culturas, y parándose en las decenas de tiendas de espadas que hay por el centro. Para todos aquellos a los que os guste la historia y las espadas medievales, Toledo es el paraíso.

Toledo tiene mucho que ver, y es una ciudad en la que merece la pena pasar más de un día y disfrutar de todo lo que ofrece. Y es que únicamente con el Museo del Alcázar uno ya puede dedicar toda la mañana, y alguna hora se va también admirando la catedral. En las siguientes entradas os iré comentando cosas más específicas de esta ciudad, desde mi punto de vista imprescindible en todo tour por España que se precie, y a la que tengo que volver para ver más cosas que quedaron pendientes.

Edificio del ayuntamiento

Callejuelas por el centro

Vistas de la ciudad

Puerta del Sol

Vista de parte del casco histórico de Toledo

lunes, 12 de marzo de 2012

Ruta por Peguerinos

La única ruta senderista del año pasado fue por las cercanías de Peguerinos, pueblo perteneciente a Castilla y León y que cuenta con poco más de 300 habitantes. Para acceder a él se puede ir por el Alto del León, aunque dada la condición de la carretera lo recomendaría si lleváis un todoterreno; si no, igual lo más conveniente es dar un rodeo, aunque se puede ir por el puerto con paciencia. Una vez allí podéis pedir mapas de la región con diversas rutas para hacer, y también existen en los alrededores varios campings, para los que tengan interés en quedarse por la zona más tiempo.

Nada más llegar nos encontramos niebla, fresco e incluso nos cayeron algunas gotas de lluvia. Y yo iba en pantalón corto y camiseta, todo un novato de montaña que habiendo visto el buen tiempo que hacía por la ciudad, no creí que fuera a encontrarme algo muy diferente. Partiendo de uno de los campings cruzamos una valla y tomamos uno de los senderos. La ruta era sencilla, ya que tampoco teníamos mucho tiempo y luego queríamos ir a comer a San Lorenzo del Escorial.




Durante el camino nos encontramos algunas vacas y muchas mariposas. Siento no poder ser más específico, pero mi conocimiento de los nombres específicos de flora y fauna son bastante limitados. Lo mejor por supuesto era la sensación de paz y tranquilidad que se respiraba, y disfrutar de un paraje lleno de verde y con algún que otro lago.






Es una estampa bastante pintoresca, y que seguro que no es lo que mucha gente (especialmente de fuera) se espera al pensar en España, como por ejemplo la penúltima foto. Si la subo en un post de Noruega hubiera pasado desapercibida. A la vuelta comimos en la Pizzería Española, en San Lorenzo del Escorial, donde podéis probar la pizza de hamburguesa. En efecto, una pizza de carne picada, con lechuga y tomate, y que además se tapa con otra base de pizza por encima. Sencillamente deliciosa...

martes, 6 de marzo de 2012

El Paseo de Pereda

Uno de los ejes principales de Santander es el Paseo de Pereda, que se prolonga desde poco después del ayuntamiento y llega hasta Puertochico, antaño refugio de los barcos pesqueros de la ciudad, y hoy puerto deportivo. A lo largo de esta calle se puede disfrutar de las estupendas vistas de la bahía de Santander, que si acompaña el tiempo es un agradable paseo, así como edificios como el Palacete del Embarcadero, construido originalmente como estación de pasajeros y utilizado en la actualidad como sala de exposiciones.

Bahía de Santander

Palacete del Embarcadero

La sede del Real Club Marítimo de Santander

Esta zona además no fue afectada apenas por el incendio que afectó a la ciudad en 1941 y que arrasó con gran parte de ella, de modo que es una de las zonas más antiguas, existiendo edificios de finales del siglo XVIII. Entre los mayores alicientes de este paseo, están los Jardines de Pereda, un refrescante parque donde descansar y tomar un buen helado. Estos jardines se levantan sobre el antiguo puerto de la ciudad, y en ellos destaca el monumento a José María de Pereda, novelista cántabro a quien están dedicados tanto el paseo como los jardines.

Jardines de Pereda, con el edificio del Banco Santander al fondo

También se puede disfrutar de edificios emblemáticos de la ciudad como el edificio del Banco Santander o la Plaza Porticada. El primero es de estilo neoclásico y con la idea original de ser un hotel, pero el Banco Santander compró su propiedad en 1919. Destaca el enorme arco de su fachada, que tuvo que construirse así debido a que debía respetarse la calle que lo atraviesa. Por su parte, la Plaza Porticada o Plaza de Velarde se construyó con posterioridad al incendio de 1941, y en la actualidad está ocupada por órganos gubernamentales. Al parecer, durante la última remodelación se han encontrado restos de la antigua muralla medieval y de la Puerta del Mar, antigua entrada marítima a la ciudad.

Plaza Porticada

Es un paseo muy agradable y recomendable si visitáis la ciudad. Si lo hacéis en verano, os recomiendo que compréis un helado en Regma mientras camináis por el Paseo de Pereda, disfrutando de los edificios o descansando un rato en los jardines, que os hará falta después de subir y bajar tanta cuesta por el resto de la ciudad. Muy relajante. Por las cercanías de este paseo se encuentran también diversos locales donde tapear a base de pinchos, que sale algo caro pero desde luego merece la pena probarlos por lo elaborados y ricos que están.

jueves, 1 de marzo de 2012

Jardim Público, en Évora

Con este parque cerré mi visita a esta encantadora ciudad portuguesa del Alentejo. El parque se construyó entre 1863 y 1867 utilizando unos terrenos que formaban parte de la huerta real del Palacio de Don Manuel, y además de dicho palacio uno se puede encontrar con las falsas ruinas (Ruínas Fingidas), que le aportan un toque místico al conjunto, evocando una antigüedad que no tiene, y añadiendo un toque romántico al lugar. Las ruinas se construyeron con restos de otros elementos arquitectónicos reales, como ventanas de estilo manuelino-mudéjar, según se cree con la idea de evocar la época de los descubrimientos portugueses y el reinado de D. Manuel I.




Me pareció un parque muy bonito, y es cierto que las ruinas le aportan un toque bastante bucólico y encantador. El parque es bastante grande (3.3 hectáreas), y llega hasta la muralla de la ciudad, tiene varios merenderos y senderos para pasear, y varios rincones muy fotogénicos. Visitar este parque puede ser una buena opción para descansar un rato de vuestra visita a Évora, como por ejemplo después de comer.