St. John's College

Cambridge, Inglaterra

Nyhavn

Copenhague, Dinamarca

Río Nidelva desde Bakke Bru

Trondheim, Noruega

Templo romano

Évora, Portugal

Piazza della Signoria

Florencia, Italia

Castillo de Eilean Donan

Dornie, Escocia

Río Duero

Oporto, Portugal

Molinos

Alkmaar, Países Bajos

Fiordo de Lyse

Preikestolen, Noruega

martes, 21 de febrero de 2012

Santander

Tuve la oportunidad de conocer Santander el verano del año pasado, y me pareció una ciudad que, si bien no presenta un gran riqueza histórica por diversos motivos, como recientes incendios, sí es muy agradable y puede ser una buena base de operaciones para hacer rutas por la región, ya que dispone de buenas infraestructuras al ser una ciudad grande, cercana a los 180000 habitantes en la actualidad. 

Santander es una ciudad portuaria del norte de España, capital de la comunidad autónoma de Cantabria. Sus orígenes se remontan al dominio romano de la Península Ibérica, aunque no está claro si se corresponde a la citada Portus Victoriae Iuliobrigensium, disputándose su ubicación con Santoña. En cualquier caso, se han encontrado restos romanos en la Península de la Magdalena y en el Cerro de Somorrostro, zona esta última que hoy forma parte del eje central de la ciudad.
Ayuntamiento de Santander
Catedral de la Asunción de Nuestra Señora

Los alrededores de la ciudad, y en general toda la provincia de Cantabria, muestra un verde exuberante debido a la presencia de bosques, sobre todo siglos atrás. Para aprovechar esto, se mandó construir un astillero en las cercanías; la ciudad estaba obligada a entregar una nao cada año a la monarquía. 

Durante los siglos XII y XIII se procede a construir la muralla de la ciudad, al menos la parte que no daba al mar, con la idea de proteger los edificios principales y la abadía, situada en lo que hoy es la catedral de Santander. Hoy día no quedan restos de ella en la calle, ya que fue demolida debido al expansionismo urbano durante los siglos XVIII y XIX. 

Como curiosidad, en el siglo a finales del siglo XV hizo escala en la villa la armada de Flandes, desembarcando Margarita de Austria para casarse con el heredero de los Reyes Católicos, Juan de Aragón y Castilla. El problema es que con la armada vino también la peste, y fallecieron 6000 personas, que por aquel entonces eran tres cuartos de la población total. Esto supuso un duro golpe para la ciudad, del que no terminaría por recuperarse del todo hasta tres siglos después. Ya en el siglo XIX la ciudad de Santander lideraría los intercambios del norte de la Península con los principales puertos americanos.
Biblioteca de Menéndez Pelayo
Edificio de Correos
Más adelante, con el auge del veraneo y los beneficios de los baños de olas, se creó la ciudad-balneario de El Sardinero, convirtiéndose a principios del siglo XX en destino estival de la clase alta española. El propio rey Alfonso XIII mandó construir el Palacio de la Magdalena en la península de mismo nombre, anexa a El Sardinero, utilizándola como residencia de verano. Pero del Palacio de la Magdalena hablaré en otro post más adelante.

Hay que destacar también que la ciudad ha sufrido numerosos desastres, que han dañado sus distintas capas históricas. Entre ellos hay que destacar la explosión del Cabo Machichaco, barco que estaba cargado con dinamita (de la que no se había dado parte o se había ocultado su presencia por la autoridad portuaria) y ácido sulfúrico, y de la que llegaron restos a kilómetros de distancia; o el incendio de 1941, bastante reciente y que arrasó durante dos días con la mayor parte de la zona antigua, donde el edificio de Correos fue uno de los pocos que se salvó. Hay varias fotos en ambos enlaces, por si tenéis curiosidad. El accidente del Cabo Machichaco y el posterior incendio marcaron la organización y el estilo actual de la ciudad.

No había estado en Cantabria anteriormente, y me encantaron los paisajes verdes, la fusión de los montes con el mar, la buena comida de tapeo (aunque un poco caro) y los estupendos helados de Regma, que tenéis que probar si vais por allí. Tampoco tenía mucho tiempo disponible, ya que fui por trabajo, y el poco que tuve lo destiné a conocer otros lugares de los alrededores, de los que os hablaré más adelante.
Edificio del Banco Mercantil de Santander
Iglesia de Santa Lucía
Iglesia de los Jesuítas

martes, 14 de febrero de 2012

La Capilla de los Huesos

Os presento hoy uno de los lugares más peculiares que he conocido nunca. Se encuentra en Évora, concretamente junto a la Iglesia de San Francisco, y es uno de los puntos de interés más importantes de la ciudad, junto al templo de Diana o la Catedral. Se trata de la Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos), denominada así por encontrarse recubierta de los huesos de unas 5000 personas, según las estimaciones.

Tres pequeñas aberturas suministran luz a este habitáculo cercano a los 200 m², cuyas paredes y columnas se encuentran decoradas con los huesos humanos provenientes de los cementerios de los alrededores. Por si fuera poco, dos esqueletos disecados cuelgan de una de las paredes, uno de ellos de un niño. Este impresionante lugar fue construido en el siglo XVI por monjes franciscanos, con el objetivo de transmitir un mensaje sobre lo efímero de la vida. No en vano, en la puerta de entrada se puede leer la inscripción "Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos", que vendría a ser algo así como "Los huesos que aquí estamos por lo vuestros esperamos".

Es un sitio muy peculiar e impresionante, aunque obviamente no apto para todos los públicos. Me recordó, salvando las distancias, a los documentales que había visto sobre las catacumbas de París por lo de los huesos apilados, aunque el detalle de los cuerpos momificados también es algo sobrecogedor. Se permitía tomar fotos pagando un euro adicional a la entrada, que es de 2€ (1.5€ para estudiantes y jubilados). A continuación os pongo algunas imágenes del lugar, avisados quedáis si sois muy aprensivos.




jueves, 9 de febrero de 2012

Hitra

Además de Oslo, Hitra fue la única excursión que hice en Noruega. Y esta fue aquella en la que pude vislumbrar un poco de lo que es la Noruega de los fiordos, aunque no fuera en los más conocido, pudiendo conocer algo de la parte menos cosmopolita del país. Hitra es la séptima isla en tamaño de Noruega, y está situada en el fiordo de Trondheim, aunque ya a las puertas del Mar del Norte. 

La población apenas supera los 4000 habitantes, aunque es una isla de considerable tamaño. Para llegar a ella cogimos un ferry de la compañía Kystekspressen desde Trondheim, que atravesó el fiordo y nos dejó en la localidad de Sandstad, en el sureste de la isla, cerca de dos horas después.



Como casi todo en Noruega cuando uno quiere ver naturaleza, se pueden hacer varias rutas por la isla, pero como mínimo se hace necesario usar una bicicleta, y es recomendable un coche. Nuestros medios no incluían nada de eso, así que no pudimos hacer mucho más que merodear por esa zona de la isla hasta que llegase la hora de volver. Esto no fue particularmente fácil, puesto que los senderos para peatones no eran demasiados y había que meterse en la carretera si se quería salir de la zona, y aunque no hay mucho tráfico no es una idea agradable.

A pesar de que no pudimos movernos mucho por la isla, ya en la pequeña región en la que estuvimos pudimos apreciar la majestuosidad del paisaje noruego. Prácticamente en cada rincón se aprecian escenas dignas de bucólicas postales, se respira en el ambiente una gran paz y tranquilidad. El paisaje está salpicado de pequeños lagos, islas que rodean a la principal y mucho verde. 

Destaca la presencia en la isla de una gran comunidad de ciervos, la mayor en todo el norte de Europa se encuentra aquí, y nosotros tuvimos la suerte de toparnos con ellos cerca del pueblo. Tras unas cuantas horas paseando y fotografiando, volvimos a tomar el ferry de vuelta a Trondheim, llegando por la tarde-noche. Es una excursión perfecta para pasar el día. Os dejo sin más con algunas fotos que tomé allí.









Con esta entrada despido a Noruega (espero que por el momento), ya no tengo nada más que enseñaros de mi estancia allí durante el 2011. Espero que os haya gustado, ciertamente es un país que recomiendo ver. Yo estoy deseando volver :)

viernes, 3 de febrero de 2012

La catedral de Évora

Uno de los monumentos más importantes para visitar en Évora es la catedral, cuyo nombre original es Basílica Sé Catedral de Nossa Senhora da Assunção. Su construcción comenzó en 1186, poco después de la reconquista de la ciudad por los cristianos, y se consagró a principios del siglo XIII, en 1204. A partir de aquí sufrió numerosas ampliaciones y reformas, por lo que a su estilo románico-gótico hay que sumarle el manuelino o el barroco, según la zona. 

La puerta de entrada está porticada y cuenta con 12 columnas, que representan a los apóstoles. A ambos lados de la puerta hay dos torres, una de las cuales cuenta con un reloj en su fachada, y que terminaron de construirse durante el siglo XVI.




La entrada conjunta para visitar la catedral y el claustro son 2.50€, o 2€ para estudiantes o mayores de 65 años. Si solo se quiere visitar la catedral, el precio es 1.50€. Cualquiera de las entradas son bastante razonables, y nosotros escogimos la conjunta, catedral más claustro. Además así ganábamos tiempo, porque estaba empezando a llover bastante, y la visita ofrecía un refugio seguro durante al menos una hora. 

Para la construcción de la catedral se basaron en el diseño de la de Lisboa, con una estructura en cruz latina, donde la nave central es más alta que las laterales. El claustro se construyó durante el siglo XIV, y ofrece un agradable paseo por el interior del conjunto.






También se puede acceder a la parte superior de la catedral, para pasear por el tejado y admirar las vistas de la ciudad y parte del Alentejo, así como el claustro. La visita a la catedral de Évora, dado lo barato de la entrada y su ubicación junto al resto de monumentos importantes de la ciudad, es de obligado cumplimiento, no creo que os defraude.